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sábado, 15 de octubre de 2011

In amicitia nihil fictum est,nihil simulatum...

Llevaba tres días sin poder concentrarme en nada más, pasaba las horas imaginando como sería el reencuentro, te hacía partícipe , enviandote mensajes, aunque cierto es que me hacía miles de preguntas que yo sola me contestaba, te enviaba fotos y pequeñas frases para provocarte en el peor de los momentos, para que no me olvidases, y aumentar tus ganas.
Todo el pensamiento lo dedicaba a imaginar lo que deseaba, te podía ver y casi sentir, sin esfuerzo, recorría tus brazos con mi mente, te veía enfrente de mi, y casi podía sentirte agarrándome, era tan fuerte el deseo, que a veces, hasta podía olerte, tu olor lleva años clavado en mi cabeza.
Había prometido aguantar sin masturbarme esos tres días, para ti, si rompía esa promesa debía llamarte y explicarte, como y que estaba haciéndote, dejado oírte mis gemidos, y las risas de mis orgasmos, con todo detalle, fuese la hora que fuese, recibía pocas respuestas, ya sabes ese don de la oportunidad que tengo, estábamos en el tercer día y puedo decir, que te había hecho más llamadas de las que quisiera reconocer,  pero tampoco pareció molestarte mi falta de voluntad,  aunque te dejase al punto de la locura...Yo te necesitaba YA.

El viaje se me hizo largo, habíamos quedado que en la habitación directamente, tu salías de trabajar a la misma hora que se suponía que yo llegaba, pero yo me había tomado la libertad de adelantar mi hora de llegada. Había dejado mis cosas en la habitación, deje el pequeño arsenal de juguetes sobre la cama, y me fui a dejarme ver, estaba resuelta a no caer al primer impulso, por mucho que me costase...llegue a tu trabajo, la verdad es que odiaba estar allí, toda esa gente me sobraba.
Te localicé, estúpidamente se me aceleró el corazón, estaba nerviosa aunque no lo creas, tenía miedo, miedo a que todo el mundo se diese cuenta del huracán de deseo que me quemaba por dentro. Estabas como había imaginado, perfecto, me quede observandote, sonreías y hablabas con las personas que se te acercaban, es tu trabajo, pero ¡joder! como las odiaba a todas, esas sonrisas, esas palabras, estaban robándole el tiempo que era mío, me quemaba más, me encendía de deseo, quería cogerte allí mismo, y besarte y apretarte contra mi...de repente me ves, noto como te cambia la mirada, no se si te gusta que este allí, pero parece que entras al juego, te noto acercarte, hablando con la gente, pasas cerca de mi, definitivamente, has entrado al juego, por la mirada que me dedicas, pasas rápido, casi rozandome, y tu olor estalla en mi mente, me acelero, me cuesta verdaderos esfuerzos no correr, y lazarme a ti en ese mismo instante, para devorarte.
Anduve por allí, acercándome, tu olor lo nublaba todo, y lo sabías, me hacías sufrir, notaba como me mirabas, y te sonreías, no solo yo estaba conteniéndome, si seguí allí, explotaría, y tu pantalón pasaría a ser un doloroso estorbo. Decidí salir de allí, te esperaría en la habitación como habíamos acordado, no faltaba mucho para tu hora de salida, aunque pareciese una eternidad.
Camine deprisa, estaba convencida que todo el mundo notaría el grado de excitación, quería refugiarme, llegue allí, vi los juguetes, andaba por la habitación, nerviosa y caliente, empecé a desvestirme, me sobraba la ropa, la deje caer por cualquier lado, esperaba que entrases en cualquier momento,
Decidí darme una ducha, te mandé un mensaje, no debías tardar, o empezaría sola, no rompía la promesa, ya que estaba informándote, y además podías venir a ayudarme si querías...
Miré la cama, estabas las bolas chinas que más me gustaban, las cogí, y me las llevé a la ducha, dejé el agua caliente caer sobre mí, ansia a toda costa tenerte conmigo, sentía el agua recorriéndome, deslizándose, comencé a enjabonarme, pase las chinas, y las introduje poco a poco, estaba sensible, suspiraba pensando en como jugarías con tus dedos cuando llegases,  el baño estaba lleno de vapor, y no oí la puerta cuando entraste, sentí un escalofrío al notar el aire cuando abriste apresuradamente la puerta, venías agitado, te quedaste observandome, y solo te dio tiempo a quitarte los pantalones antes de abalanzarte sobre mi en la ducha, sin palabras, solo ese ansía de devorarnos mutuamente, nos faltaban manos para agarrarnos, me mordías, lamías y besabas, fuiste directamente a mi pecho, subías por mi cuello, buscabas mi boca, deseaba besarte, yo me reía por lo que hacías, me encantaba notar y saber todo el deseo que te provocaba, te apretaba contra mi, intentaba arrancarte la ropa empapada y lanzarla fuera, quería sentirte completamente, una vez desnudo, te pegaste a mi, acariciabas y apretabas mi culo,  notaba una fuerte erección, y me di la vuelta, para ti, te pegaste a mi espalda, tus manos agarraban mi pecho, mordías mi cuello, y tu polla rozaba con mi culo, empezaste a jugar con tu mano  en mi entrepierna, entreteniéndote con las chinas, mientras con la otra mano jugabas en mi culo, y colocabas tu polla, sabía y deseaba como nunca que entrases en mi, notar como me abrías, y como me llenabas,y así hiciste de una embestida, haciendome gemir, y buscar tu boca con la mía.
Empezaste muy rápido, y acompase tus embestidas, te quería dentro de mi, quería todo, me apoye en tus manos que agarran mi pecho y mi cadera, ahogaba los gemidos por placer, me volvía loca, y no tarde demasiado, y tener un buen orgasmo que apretó tu polla , y conseguí que no aguantases mucho más, y te corrieses dentro de mi...

Seguimos bajo la ducha  un rato, me di la vuelta, quería saborearte, acariciarte, antes de ir  a la cama, si es que podíamos llegar...

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Auuuuuuuuu, Babas

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